viernes, 17 de agosto de 2012

La solidaridad humana, Pablo Neruda

Pablo Neruda es mi poeta preferido. Lo leo desde niña. Me ha conmovido este hermoso pasaje de sus memorias. Hermosa lección de lo que significa la Solidaridad Humana.

"Una vez buscando los pequeños objetos y los minúsculos seres de mi mundo en el fondo de mi casa en Temuco, encontré un agujero en la tabla del cercado. Miré a través del hueco y vi un terreno igual al de mi casa, baldio y silvestre. Me retiré unos pasos, porque vagamente supe que iba a pasar algo. De pronto apareció una mano. Era la mano pequeñita de un niño de mi misma . Cuando acudí no estaba la mano, porque en lugar de ella había una maravillosa oveja blanca. Era una oveja de lana desteñida. Las ruedas se habían escapado.

Todo esto la hacía más verdadera. Nunca había visto yo una oveja tan linda. Miré por el agujero, pero el niño había desaparecido. Fui a mi casa y volví con un tesoro que le dejé en el mismo sitio: una piña de pino, entreabierta, olorosa y balsámica, que yo adoraba. La dejé en el mismo sitio y me fui con la oveja.
Nunca más vi la mano del niño. Nunca tampoco he vuelto a ver una ovejita como aquella. La perdí en un incendio. Y aún ahora, en este 1954, muy cerca de los cincuenta años, cuando paso por la juguetería, miro furtivamente a las ventanas. Pero es inútil. Nunca más hubo una oveja como aquella.

Yo he sido un hombre afortunado. Conocer la fraterinidad de nuestros hermanos es una maravillosa acción de la vida. Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida. Pero sentir el cariño de los que no conocemos, de los desconocidos que están velando nuestro sueño y nuestra soledad, nuestros peligros o nuestos desfallecimientos, es una sensación aún más grande y más bella porque extiende nuestro ser y abarca todas las vidas.

Aquella ofrenda traía por primera vez a mi vida un tesoro que me acompañó más tarde: la solidaridad humana. La vida iba  a ponerla en mi camino más tarde, destacándola contra la adversidad y la persecución.
 No sorprenderá entonces que yo haya tratado de pagar con algo balsámico, oloroso y terrestre la fraternidad humana. Así como dejé allí aquella piña de pino, he dejado en la puerta de muchos desconocidos, de muchos prisioneros, de muchos solitarios, de muchos perseguidos, mis palabras.

Esta es la gran lección que recogí en el patio de una casa solitaria, en mi infancia. Tal vez sólo fue un juego de dos niños que no se conocían y que quisieron comunicarse los dones de la vida. Pero este pequeño intercambio misterioso se quedó tal vez depositado como un sedimento indestructible en mi corazón, encendiendo mi poesía."

jueves, 2 de agosto de 2012

Cantares de Antonio Machado

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso.

Poema 12 de Pablo Neruda

Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.

Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.

He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.

Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.

viernes, 8 de junio de 2012

No te rindas, de Mario Benedetti

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.

Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

viernes, 25 de mayo de 2012

Las cosas - Jorge Luis Borges



El bastón, las monedas, el llavero, 
la dócil cerradura, las tardías 
Notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero, 
un libro y en sus páginas la ajada 
violeta, monumento de una tarde 
sin duda inolvidable y ya olvidada, 
el rojo espejo occidental en que arde 
una ilusoria aurora. ¡cuántas cosas, 
láminas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos, 
ciegas y extrañamente sigilosas! 
Durarán más allá de nuestro olvido; 
no sabrán nunca que nos hemos ido.

Nosotros - Eduardo Galeano

Nosotros 
Tenemos la alegría de nuestras alegrías
Y también tenemos 
La alegría de nuestros dolores 
Porque no nos interesa la vida indolora 
Que la civilización del consumo 
Vende en los supermercados 
Y estamos orgullosos
Del precio de tanto dolor 
Que por tanto amor pagamos.

Nosotros 
Tenemos la alegría de nuestros errores,
Tropezones que muestran la pasión 
De andar y el amor al camino, 
Tenemos la alegría de nuestras derrotas
Porque la lucha 
Por la justicia y la belleza 
Valen la pena también cuando se pierde
Y sobre todo tenemos 
La alegría de nuestras esperanzas 
En plena moda del desencanto, 
Cuando el desencanto se ha convertido 
En artículo de consumo masivo y universal. 

Nosotros
Seguimos creyendo
En los asombrosos poderes
Del abrazo humano

Me haces tan feliz, hijo mío - Susan Polis Schutz

Para mi hijo Daniel Alejandro en sus 
dieciseis años (Mayo 9, 2012)

Me siento tan afortunada
de tenerte por hijo
Me encanta tu cara despierta
cuando conversamos sobre el mundo
Me encanta tu sonrisa
cuando te ríes de las locuras de este mundo
Me encantan tus ojos
cuando reflejan tus emociones
Me encanta tu imaginación
cuando descubre ideas nuevas y las exploras
Me encantan tus ideas
cuando creas nuevos conceptos y tus
propias fantasías
Mucha gente me dice
que no pueden hablar con sus hijos
que ya están deseando que sus hijos
se marchen de casa
Quiero que sepas
que no sólo me haces feliz
sino que siempre estoy a la espera
del momento en que volvamos a estar juntos
a medida que vayas creciendo no sólo seguirás
siendo mi hijo adorado, sino también mi
más querido amigo
Como madre estoy tan orgullosa de ti
y mi amor por ti se hace más y más fuerte.

Mujer ofendida - Orzul Omriz

Recordando a mi padre, Omar Ríos Zuluaga (Orzul Omriz)
en su once aniversario, Mayo 12, 2012

Tú eres la ofendida,
Y llevas en tu alma
Sentimiento y dolor,
Porque hubo un canalla
Que nubló tu vida
Y deshonró tu honor.

Hoy tus ojos lloran
Y te aflige la vergüenza
Por lo que pasó,
Ellos al cielo imploran
Pidiendo justicia,
Que lo castigue Dios.

Muchacha buena
Sufres las torturas
Que el destino te dio,
Son muchas las penas
De tu alma que era pura
Y hoy la infamia la manchó
No te acongojes
No eres ni serás la primera
Ni la última...

Quiero como padre,
Lo mismo tu querida madre
Que no te haremos reproches
Tu vida sola no será pasajera,
Somos de tu hijo, los abuelos,
Aunque no tenga en su casa,
Su verdadero padre.